Es la referencia que tiene Fernando González, ingeniero en Sistemas graduado de la Universidad Nacional de La Rioja, sobre su actual ocupación laboral y profesional en la empresa internacional Everis, en Mendoza. En esta entrevista nos da su punto de vista acerca de la ingeniería y la tecnología.

¿Por qué elegiste tu carrera?
Fernando: fue una decisión entre la urgencia y la inocencia. Tenía 17 años y mis padres me incentivaron a continuar mis estudios en la universidad. En mi familia no había muchos integrantes cercanos que hayan tenido experiencia en el ambiente universitario a quien consultarles. La primera en aquella época fue mi hermana mayor, Julia Elena, quien ya había iniciado el año anterior su carrera de Medicina en la UNLaR.
Mientras finalizaba de rendir mis materias pendientes de la secundaria, y usando casi todo mi tiempo libre de aquel verano (aplacé casi todas), no me quedo espacio suficiente como para buscar demasiadas opciones. Como me gustaba mucho el tema de las computadoras, me pasaba casi todo el día en mi primer PC que me compró mi papá, Alfredo. Unos años antes, busqué en las ofertas académicas alguna carrera que estuviese relacionada a esa temática. Había varias opciones y decanté por la que más años de cursado tenía, la que al principio pareciese más interesante ya que me gustan los desafíos. Fue entonces que elegí Ingeniería en Sistemas sin ni siquiera comprender en ese momento todo el mundo que había detrás; simplemente fue algo como “me gustan las computadoras y esta carrera parece ser la mejor”.

¿Qué encontraste en la ingeniería?
Encontré en la ingeniería aquel espacio donde me permitió desarrollar mi pensamiento crítico, el medio donde puedo expresar mi forma de pensar y ver las cosas. Todas esas ideas, algunas de ellas innatas, se amoldan y trabajan en conjunto con las bases de la ingeniería y eso es muy gratificante para mí. Esta relación la descubrí mientras avanzaba en la carrera y sobre todo en la práctica profesional. Por todo esto, cito: “cuando uno ama lo que hace, dejas de llamarlo trabajo”.

¿Qué recordás de tu paso por la universidad?
Los mejores años de mi vida, al momento de hoy. Amén de los tiempos pasados fueron mejores. Seguramente cuando deje de trabajar pensaré lo mismo de mi situación actual. Básicamente, maduré como persona. Me preparé para la vida. La universidad fue una escuela en muchos sentidos. Irte lejos (muy lejos) de casa y sin tener cerca a toda tu familia, amigos, etc. me hizo aprender a crear nuevos tipos de relaciones. El no disponer de todos los recursos monetarios y materiales me hizo conocer la necesidad y con esto aprender el arte de la administración. También conocí mi lado espiritual gracias a un grupo llamado “Universitarios La Rioja” donde conocí a Dios, a quien agradezco de haberme llevado tan lejos y alcanzar mis metas.

¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo laboral?
Me inicié en el mundo laboral, y por primera vez en un ambiente totalmente extrauniversitario, en una empresa local llamada Rlink S.A (http://rlink.com.ar/) de la provincia de Mendoza. Esta compañía se dedica a brindar servicios tecnológicos a distintos tipos de organismos privados o estatales. Empecé con las redes y el networking, me especialicé en tecnologías libres aplicadas a VoIP y también recorrí mis primeros años en la administración de sistemas GNU/Linux. Más adelante, y en respuesta a una decisión personal de reencaminar mi perfil como ingeniero, fui incorporando el desarrollo de software en mi skills.

¿En dónde trabajas actualmente?
Actualmente trabajo en Everis (https://www.everis.com/argentina/es/home-arg). Everis es una empresa de origen español recientemente incorporada al grupo japonés NTT DATA. Me desempeño como referente técnico en los diversos proyectos en los que estoy participando.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¿Y qué cosas menos?

Me gusta crear. Hacer de la nada una solución y que ésta sea utilizada por los demás. Modelar una idea y llevarla a la práctica.
Lo que menos me gusta es la sectorización mal aplicada o ineficiente dentro de una organización, y por ende la imposibilidad de practicar o desenvolverme de la mejor manera.


¿Cómo ves la situación laboral de la ingeniería en el país?
Lamentablemente, la ingeniería, hoy y en Argentina, como concepto por sí solo y único carece del reconocimiento que debería tener. Es común ver, en la actualidad, a empresas del sector informático que buscan idoneidad en vez de titulación.

¿Por qué piensas que es tan baja la tasa de graduados ingenieros en Argentina?
Es una pregunta amplia con iguales respuestas. Personalmente creo que la baja tasa de graduados de las Ingenierías en la Argentina se debe, en primer grado, a la dificultad de una carrera de este tipo. Hoy todo tiende a lo fácil a lo rápido y estas son características opuestas a la curricular de cualquier especialización de una ingeniería.
Por otro lado, también creo que se debe por el cómo están planteadas las ingenierías en nuestro país. En países referentes como EEUU (país espejo en tecnología) están bien segmentadas y son más específicas. Las grandes empresas relacionadas a mi sector, el tecnológico, ven a los ingenieros como maestros en una temática bien concreta.
Este concepto es capturado por empresas más pequeñas en nuestro país y como resultado de ello, declinan sus búsquedas a personal idóneo en, por ejemplo, desarrollo, networking, testing, gestión, etc. En cambio los ingenieros salidos de las universidades son maestros en el “todo un poco” y eso no ayuda a la rápida e inmediata inserción de nuestros egresados en toda esta gran cantidad de software factory que hay hoy en Argentina.

¿Crees que el acompañamiento docente y de la institución ayuda al estudiante, más allá de la capacidad personal, en su camino por la educación superior, y a que la ingeniería sea más accesible para muchos estudiantes?
Totalmente. En años donde la juventud está expuesta a valores opuestos a la dedicación y compromiso, características vitales en una ingeniería, es muy importante que el docente sea transformado a mentor de sus alumnos. Utilizando (y adquiriendo) habilidades blandas que les permitan salir del fin de la dicotomía del aprobado y desaprobado.
No debe confundir con una intensión de restar nivel o exigencia, aunque también creo que si se puede elevar esto un poco más lo vería con buenos ojos. Si no me refiero a que a la par de esto se siga de cerca el crecimiento del alumno de una manera más pedagógica.

¿Alguna vez tuviste o consideraste la posibilidad de trabajar en otro país?
Soy una persona abierta a los desafíos. Irme a trabajar fuera del país es uno de ellos. He considerado la posibilidad de trabajar en otro país muchas veces. Creo que faltaría la oportunidad o buscarla con más denuedo.

Si hoy en día tuvieras que elegir otra carrera porque no podías estudiar Ingeniería ¿Cuál hubieras elegido?
Me hubiera gustado estudiar Física. Mi primer acercamiento a esa ciencia fue en el cursado de las materias relacionadas en Ingeniería en Sistemas. Me gustó comprender cómo funcionaba la naturaleza y si bien fue sufrida la asimilación sembró mucho interés. Hoy en día es lo que, fuera de mi profesión, más me gusta leer y aprender.

¿Cuáles son tus planes a futuro?
En el futuro próximo, en lo que creo que tengo mayor influencia, busco encontrar un espacio donde pueda explotar, aún más, todas mis habilidades. Podría ser creando una empresa o alcanzando posiciones dentro de una organización que me permita manejarme con libertad en cuanto a mis ideas, forma de pensar y trabajar.

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