El Consejo Superior de la Universidad Nacional de La Rioja manifestó su más enérgico repudio ante los hechos ocurridos en el ámbito de la Escuela de Cadetes de la Policía de la Provincia, que dan cuenta del homicidio del joven aspirante a cadete de la policía, Emanuel Garay. El pronunciamiento hace referencia también a la hospitalización de otros 17 aspirantes.

El pasado miércoles, 28 de febrero, los consiliarios del Consejo Superior de la Casa de Altos Estudios decidieron expresarse en contra de los actos y conductas realizadas en dependencias de la Policía de la Provincia, específicamente en la Escuela de Cadetes, e impartidas por el personal policial. “No pueden pasar inadvertidas dadas su naturaleza, características y graves implicancias, y son merecedoras del más enérgico y explícito rechazo de esta comunidad universitaria y de la ciudadanía toda”, indica el pronunciamiento.

 Seguidamente, se enuncia: “Ante ello, el órgano colegiado de la UNLaR manifestó su repudio por el brutal procedimiento realizado por la fuerza policial con la pretendida finalidad de brindar a los aspirantes-víctimas la instrucción que corresponde para su ingreso al Cuerpo, y reclama a las autoridades competentes -judiciales y administrativas- la realización y cumplimiento eficaz de los procesos jurisdiccionales -fundamentalmente- y administrativos pertinentes para la individualización de los autores y responsables de tan aberrante accionar y la aplicación de sanciones que según derecho correspondan”, .

 “Que, entendemos -continúa el texto- que estas conductas próximas a la barbarie contrarían a los principios y normas básicas, morales y jurídicas sobre las que se organiza y mantiene la convivencia ciudadana, el regular funcionamiento de las instituciones de la república, la protección de los derechos y garantía de los ciudadanos y la vigencia del Estado Constitucional de Derecho”.

 En esta línea, el Consejo Superior declaró: “Repudiar los hechos ocurridos en el ámbito de la Escuela de Cadetes de la Policía de la Provincia que dan cuenta del homicidio del joven aspirante a cadete de la policía, Emanuel Garay, y de la hospitalización de otros 17 aspirantes por las lesiones graves recibidas en igual ocasión”. Por último, se expuso la “solidaridad y acompañamiento a las víctimas de lo ocurrido y a sus familiares, por las injustificables pérdidas sufridas, los padecimientos y la angustia que los embarga”.

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