Así lo expresó el rector de la UNLaR, Fabián Calderón, al brindar un mensaje este viernes en el comienzo de los actos por los 50 años del hito fundacional de la educación universitaria en La Rioja. La autoridad académica destacó al movimiento QUR (Queremos Universidad Riojana) y a las y los tres mil riojanos que se manifestaron, aquel 17 de septiembre de 1971, pidiendo por una universidad en la provincia.
En el marco del acto de izamiento de banderas y descubrimiento de placas desarrollado en la mañana de este viernes en el ingreso al Rectorado, Calderón comenzó diciendo que se trata “del hito fundacional que marca la historia de esta universidad; pero también, como comunidad universitaria, de una mirada, una visión y un compromiso con la universidad pública con la que crecemos todos y todas, y con la que crece una comunidad, una provincia”.
Un aniversario junto a la comunidad
Asimismo, el Rector hizo un racconto de los hechos significativos que atravesaron estos 50 años indicando: “las historias de encuentros y desencuentros, de cierres de aulas, de cierres de esta institución, de persecución, de desaparición, de haber impedido el acto más democrático y sublime en la vida académica que es la de dictar clases, la de abrir los corazones y las mentes, de pensar el conocimiento como bien público”. Precisó que “es una historia que tiene que ver con las luchas y las reivindicaciones, con plazas históricas, llenas por esta comunidad universitaria, en esas plazas de la reivindicación y de la vuelta a la dignidad en esta comunidad universitaria, por tener y luchar una universidad abierta, democrática, plural, que respeta los derechos de los trabajadores, trabajadoras docentes y nodocentes, que respeta los derechos de participación estudiantil, de graduados y graduadas, que respeta el sentirse parte de la comunidad; que en la diversidad, en las adversidades, crecimos y nos fortalecimos”.
Seguidamente, agradeció al equipo que trabaja de manera comprometida en el Hospital Universitario, acompañando a “una gestión que decidió poner a consideración de la salud pública riojana un hospital orgullo de todos y de todas”.
Destacó que esta actualidad “nos encuentra en una mirada y en una realidad de crecimiento, cuanti y cualitativo, de tener más jóvenes en nuestras aulas, que vienen de distintos lugares, de tener condiciones laborales y salariales distintas de nuestros trabajadores, de haber ampliado ofertas educativas de pregrado, grado y posgrado y de haber insertado a la universidad con proyectos de investigación y extensión, de vinculación, de transferencias, de haber incorporado graduados y graduadas en realidades laborales en instituciones públicas y privadas y de haber acompañado a estudiantes en becas y haber accedido a sus títulos en contexto de pandemia; y de mantener en pie a la UNLaR en pandemia”.
Consolidando la lucha de “La Toma”
“Los que decidimos seguir abrazando este proyecto de universidad pública, gratuita, inclusiva y de calidad aquí estamos dando la cara, mirándonos de frente, diciendo las cosas, pensando en el bienestar de la comunidad, persiguiendo un proyecto de crecimiento. ¡Esa es la persecución que tenemos todos los días la comunidad universitaria!”, remarcó. “Perseguimos objetivos –continuó- que nos involucra a todos, aun a los que piensan diferente, porque para eso luchamos en setiembre de 2013, para eso trabajamos: para garantizar con creces esta democracia que tanto nos ha costado, nos cuesta y nos invita permanentemente a seguir siendo custodio de esa democracia”.
De igual modo, consideró: “estos 50 años nos encuentra en una etapa distinta, en una democracia consolidada”; y sostuvo que “no fue magia, ni cuestiones personales, sino que fueron decisiones políticas institucionales”. Además, reflexionó que “esta expresión democrática, de participación, es porque ampliamos derechos de participación política en esta universidad”. “Lo hicimos entre todos, no lo hizo una sola persona, nadie hace ni genera estos logros sino es por la participación, por encuentros, por desencuentros, por disidencias, por distintas miradas y un convencimiento de sentirnos orgullosos de esta universidad que hemos consolidado, de esta UNLaR que está grabada a fuego en nuestras historias”, añadió.
Para finalizar, dijo que “esta realidad son las bases aspiracionales de esta nueva universidad que, a partir de estos 50 años, se pensará con otros y otras compañeras distintas, diversas, con miradas nuevas y renovadas, con expectativa de renovación que también buscamos en esta comunidad universitaria, el rol de las mujeres gestionando esta universidad”.