La profesional riojana Gabriela Bosetti fue intervenida quirúrgicamente en el “Chang Gung Memorial Hospital” de Linkou, Taiwán. Se espera que, con esta operación, la graduada del Departamento Académico de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNLaR supere su particular cuadro clínico, el cual le genera valores desproporcionados en su temperatura corporal.
Un año pasó desde que Gabriela se le realizó una mala praxis, producto del diagnóstico de Hiperhidrosis que derivó en un complejo problema de salud que afecta sus nervios a la altura de la zona lumbar, situación que cambió por completo su calidad de vida.
Desde entonces, la la Licenciada en Sistemas de la UNLaR transitó un largo camino para poder afrontar los costos para poder viajar y pagar la estadía en el hospital asiático; sumado esto a la emergencia sanitaria que se está viviendo a nivel mundial por el Covid-19.
Operación inédita
No obstante, la ayuda solidaria de la comunidad riojana y del resto del país aportaron a que Gabriela pudiera viajar, y luego de tres semanas de cuarentena y aislamiento propio, debido a la pandemia, finalmente pudiera someterse a una operación de reconstrucción de nervios mediante microcirugía, a cargo de un equipo de tres cirujanos del Hospital “Chang Gung Memorial Hospital” liderados por el Dr. Chang.
Tras 16 horas de operación, el equipo médico logró revertir con éxito la condición de la docente universitaria. Cabe destacar que su caso es considerado como la primera micro-operación que se realizó en todo el mundo. Si bien ya se habían practicado 27 intervenciones de este tipo, todas habían sido a nivel torácico; en cambio, a Gabriela se realizó a nivel lumbar.
La importancia de la ayuda económica y espiritual
“Llegar a Taiwán no fue un mérito mío sino de toda la gente que ayudó tanto económicamente como espiritualmente: mi familia, amigos, un ángel americano casi anónimo que me ayudó con el dinero que me faltaba; a la Universidad Nacional de La Rioja que me ayudó desde un principio con la difusión para poder empezar con la colecta, el Gobierno de La Rioja y de La Plata, una multitud de personas de Argentina y de todo el mundo”, agradeció Gabriela.
Si bien tuvimos algunas dificultades al llegar a Taiwán, también la solidaridad se hizo presente al otro lado del mundo con gente que nos ayudaba paso a paso a resolver los imprevistos que surgían; por ejemplo, una congregación católica de hermanas nos invitó a utilizar sus instalaciones lo que implicó un gasto menos en alojamiento.
Otros me ayudaron con todos los documentos administrativos y problemas con el Covid o con los métodos de pago. Al llegar a Taiwán, seis de mis tarjetas argentinas no funcionaban por lo tanto no disponía de efectivo y ni pensar de operar con los bancos ya que había que solicitar un turno con un mes de anticipación. En ese sentido, el hospital ayudó mucho, con todos los trámites administrativos.
Una nueva oportunidad
A casi una semana de su operación, Gabriela tiene el alta provisoria, a la espera del alta definitiva. Hoy, se encuentra en la congregación de Hermanas de Taiwán. El viaje de regreso a la Argentina está previsto para después del 5 de noviembre.
Todavía quedan seis meses para que la investigadora riojana termine su recuperación total. En ese sentido, los médicos sostienen que irá progresando lentamente, a lo largo del tiempo. Sin embargo, los primeros resultados son muy satisfactorios. “Estoy súper contenta con los resultados iniciales. Me da otra calidad de vida, puedo proyectarme, volver a soñar, voy a tener una vida sin estar dependiendo si me duele o si hace mucho calor”, comenta.
“Quiero agradecer a todos los que me ayudaron. Esto no es obra mía, yo no hubiera podido sola; esto es mérito de toda la gente que estuvo incluso sin conocerme. Como mensaje final quiero decir que si alguien está en una situación en la que crea que es imposible superarlo, que hable, que no se quede callado; entre todos nos podemos dar una mano, podemos salir adelante y que no bajen nunca los brazos. Mil gracias, sigan luchando”, finalizó.