Resumen: Cómo podemos producir en tiempos de Pandemia, que cambios operativos y qué costos conlleva esta nueva modalidad para no cortar la cadena de provisión en los artículos esenciales y no romper la cadena económica en el resto.

Texto:

Las nuevas circunstancias actuales nos plantean un problema y un desafío a la vez, ¿cómo podemos producir y con qué margen de bioseguridad aceptable para no generar problemas en la salud de nuestro personal y de la comunidad en general?

Esa pregunta que puede ser más fácil de responder por algún tipo de industrias es algo completamente nuevo para el resto de las operaciones productivas, como ejemplo podemos decir que las industrias alimenticias o farmacéuticas ya cuentan con todo un sistema de control de bioseguridad o de contaminaciones en general que las habilita para seguir produciendo solo tomando algunos recaudos o simplemente modificando sus rutinas de ingreso de personal, no ocurre lo mismo en otras industrias donde el tema es algo completamente nuevo como puede ocurrir en la industria textil o metalúrgica por nombrar simplemente un par de actividades.

Cualquier empresa alimenticia o de la cadena conoce las normativas de Seguridad alimentaria y que se aplican perfectamente en estas circunstancias. Dichas Empresas que normalmente se encuentran certificadas con Normas ISO; BRC, SQF o cualquier otro tipo de certificación ya tiene adaptada sus plantas productivas a las recomendaciones que se están dando para adaptarnos con esta nueva “Normalidad “. Dichas plantas ya poseen entre otras cosas sistema de entrada con barrera sanitaria, normalmente doble puerta, estación de desinfección de calzado, estación de lavado de manos, aplicadores de líquidos desinfectantes, etc. Las mencionadas también poseen sistema de rotación de indumentaria identificando por colores o números el día de la semana y turno que corresponde, y por ende un sistema especial de lavado de dichas prendas y la prohibición de utilizar las mismas fuera del ámbito de la planta.

En dichas plantas es normal el control bacteriológico de aire interior como así también características de presión de aire positiva interna y aislación de aire exterior.

Lo nuevo es en estas circunstancias  que el vector contaminante puede ser el propio empleado, sin importar que rango ni actividad desempeñe, de manera involuntaria y sin tener conocimiento de dicha situación de portador de un virus. Esa situación implica tomar ciertos recaudos para el ingreso diario del personal a la unidad productiva como por ejemplo control de temperatura, hacer pruebas de perdida de olfato o gusto y adoptar alguna medida de distanciamiento social o turnos rotativos por equipos  pero sin grandes inversiones ni modificaciones edilicias en las instalaciones.

Por el contrario en otros tipos de actividades hay que implementar todo un sinfín de modificaciones edilicias y procedimientos no usuales, independientemente del cambio cultural y de hábitos que las nuevas circunstancias exigen.

La pregunta que nos hacemos es ¿podemos realizar todos estos cambios de manera inmediata mientras que en otros tipos de industria demoraron años para implementar?

Personalmente considero que sí, pero estos cambios implican una fuerte convicción de la alta gerencia como así también poder direccionar una cierta cantidad de recursos humanos y económicos que no estaba previsto en ningún presupuesto productivo con antelación.

Todos estos ajustes para acondicionar y adaptarse a la nueva “normalidad” implica una cantidad importante de costos extras, ya sea puntual o de manera continua pero costos  o gastos que van a impactar en la rentabilidad de la empresa.

Ésta es la gran incógnita que se tendrá que develar a corto plazo para definir si como empresa podrán asumir esos mayores costos y poder seguir operando.

Técnicamente es posible volver a la normalidad productiva  sin grandes problemas de implementación, la parte económica va a ser un factor determinante de las decisiones a nivel empresarial que se definan para garantizar el funcionamiento a mediano y largo plazo.

Basándome en mi experiencia puedo afirmar que estos cambios se pueden garantizar y mantener con una cierta facilidad, pero para lograrlo tenemos que aplicar mucho de sentido común y soporte profesional para cumplir los objetivos definidos.

Al respecto hay mucha confusión o poco conocimiento de cuáles son las medidas concretas y obligatorias para poder habilitar una planta productiva y cómo va a evolucionar la Pandemia y hasta cuáles son las vías de contagio. Es algo completamente nuevo que nos afecta de manera directa y puede cambiar nuestros hábitos y costumbres culturales.

Actualmente son decisiones individuales de cada empresa que decide qué medidas adopta para garantizar el normal funcionamiento y volver a la actividad productiva.

El resultado de dichas medidas se conocerá con el tiempo y con la experiencia que se pueda lograr.

 

 Jorge Bonavetti es docente   Titular de la Universidad Nacional de La Rioja; Coorcinador del Programa CUIDAR UNLaR de la Secretaria de Ciencia y Tecnología. Director del ISCAM – Instituto Superior de Calidad Ambiental . UNLaR; Gerente de Sistemas de Gestión:/ Responsable de la implementación y mantenimientos de diferentes Sistemas de Gestión integrados, Normas ISO 9.000 / 14.000  , Normas BRC / HACCP / FSSC 22.000 / SQF, Buenas Prácticas de Manufactura ( GMP ) y de Higiene ( GHP ) .   Tetra Pak S.A. ( 86 / 2014 ) – Agrinsa Agroindustrial S.A. (Actual.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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