Así lo informó el secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, quien adelantó algunos datos preliminares de universidades y sus ingresantes en 2021. Importantes tasas de suba de estudiantes. Por qué en las crisis las familias redoblan su esfuerzo por la educación superior.
Estamos pasando un momento trascendente para la Argentina y el sistema universitario. Entre el 15 y el 29 de marzo, una gran cantidad de universidades empiezan el primer cuatrimestre 2021, distinto a todos porque ya pasó la novedad del año pasado del 100 por ciento de virtualidad. Este año se combina presencialidad con virtualidad, garantizando lo que el año pasado no se pudo hacer que son las prácticas, laboratorios o lo que requiera de presencialidad. Y eso ya empezó con protocolos.
Pero hay unos primeros datos de algunas universidades de cómo creció la matrícula. No son datos cerrados del sistema, son solo unos primeros procesamientos que dan un panorama alentador.
Por ejemplo, la Universidad Nacional de Río Negro tiene un 37% más de inscriptos: 4300 inscriptos más que el año pasado. La Universidad Nacional de Hurlingham aumentó un 65%: incorporó 10.000 estudiantes más.
“Cuando hay crisis económica, el sistema educativo crece y se expande porque los chicos -sobre todo en los sectores populares- ven que es un momento que no hay que perder para poder estar mejor”.
Por su parte, la Universidad Nacional de Villa María tiene 4400 nuevos inscriptos, récord absoluto porque nunca había superado los 3.000. En el norte, la Universidad Nacional de La Rioja arrojó 12.000 estudiantes nuevos, y en 2020 había tenido 9000, es decir, un 30% más de inscriptos.
En la Mesopotamia, la Universidad Nacional de Entre Ríos tuvo 6.000 en inscriptos en 2020, mientras que en 2021 trepó a 7.272.
Para entender un poco mejor podríamos decir algunas cosas. El sistema universitario se adaptó respondiendo y garantizando el derecho a la educación de los chicos y la educación, en contra de todo lo que dice la ortodoxa económica y social. Es decir, funciona a contra sistema: cuando hay crisis económica, el sistema educativo crece y se expande porque los chicos -sobre todo en los sectores populares- ven que es un momento que no hay que perder para poder estar mejor, no hay escuela y hay que capacitarse para un futuro mejor.
Cuando estamos mejor, se van. Pero cuando estamos peor, ven que en la educación hay un camino para ascender y protegerse, eso es algo para sostener. La universidad argentina viene trabajando y por eso los chicos se quedan. En situaciones críticas hay más estudio.
El camino más alentador es tener recursos intelectuales. Tiene que haber políticas activas desde la política educativa y desde las Universidades. Tenemos que romper ese ciclo de que cuando están bien se van, hay que estar bien y quedarse en la Universidad porque es la garantía de que ellos tengan un futuro mejor.
Fuente: desdeelconocimiento.com.ar