A partir del mes de febrero del año 2019, a través de la Comisión de Reglamentación del Consejo Superior, se establecerá un cronograma de jornadas de debate, aporte y discusión para nutrir un proyecto base existente sobre la implementación de la paridad de género en la UNLaR.
En una jornada de casi cuatro horas, la última sesión del Consejo Superior del año 2018 dejó algunas premisas fundamentales para encarar el año que viene.
Una de esas posturas contundentes es comenzar a construir un proyecto de paridad de género para implementarlo cuanto antes en toda la Universidad. Postura que se reflejó en distintas intervenciones de miembros del Consejo.
El intercambio de alocuciones se desprendió a partir de que Gisela Flamini (consiliaria por Graduados), decretó que antes que discutir el cupo femenino como representación cuantitativa solamente, es importante discutir, también, la representación cualitativa; y anticipó que el pronunciamiento que genera la UNLaR, va a servir como modelo a seguir por nuestros gobernantes y por el resto de las universidades. “Creo que lo importante de este proyecto y del impacto que va a tener, tanto interna como externamente, es que todos y todas participemos, que sea de todos y de todas”, dijo.
Por su parte, Malvina Vilte (consiliaria por Nodocentes), se permitió hacer dos llamados. Por un lado, invitó a cada estamento a provocar un debate interno para luego llevarlo a Comisión, tal y como hicieron desde el estamento No Docente, que luego de varias discusiones pudieron “masticar” mejor el tema; y por el otro lado, invitó a la comunidad, externa a la Universidad, a los/as militantes de género, a organizaciones y demás a hacerse presentes en este proyecto.
Malvina, además, pidió sinceramiento, “…porque para muchos, el tema de género es un tema de moda. Y no, no es una moda, es un problema que debemos abordar”, dijo; y manifestó que existe una desigualdad, que existe una realidad, y que hay que enfrentarla. “En el sistema universitario de nuestro país hay 47 rectores y 5 rectoras, ¿ustedes qué creen, que es porque no hay mujeres capaces? ¿O porque hay un sistema machista? Evidentemente yo creo que sí.”, decretó.
Luego, tomó la palabra Ayelén Carrizo (consiliaria por Estudiantes), que pidió compromiso de todas las estructuras que conforman a la UNLaR con este proyecto, y advirtió que hasta hace poco, incluso, se estuvieron recibiendo denuncias de violencia de género, acoso, y “son cosas que no nos pueden seguir pasando como Universidad”, dijo.
Por su parte, la secretaria académica del Departamento de Ciencias Humanas y de la Educación, Mercedes Cáceres (consiliaria por Docentes), tomó la palabra invitando a algún varón a pronunciarse y dar su opinión. “Tenemos que lograr que éstos sean ambientes equitativos y de igualdad”, advirtió; y recordó la implementación de un protocolo por casos de violencia y abuso de poder. Cáceres destacó que este proyecto debe surgir de un consenso y de una construcción colectiva, de lo contrario, sólo quedaría en un lema.
Presidida por las palabras de Cáceres, Flamini volvió a tomar la palabra para destacar que más allá del contenido político de este proyecto, hay un contenido social y humano que puede llevarnos a transformar como Universidad y como provincia.
Luego, interpelado por la invitación de Mercedes Cáceres a dar su opinión desde el lugar del varón, el consiliario docente Mario Oroná tomó el micrófono para destacar la importancia del debate respecto de normativas que aún no se están dando. “Creo que es importante escuchar todas las voces, que la Comisión se abra a la comunidad”.
“Somos la generación que presencia el nuevo cambio social”
En ese momento, llegó el turno del rector de la UNLaR, Fabián Alejandro Calderón, que repasó la propuesta y subrayó la importancia de este hecho histórico como un desafío, recalcando que más allá de la discusión de paridad en números, hay que discutirla desde una perspectiva de género, “sobre todas aquellas cosas que debemos dar el debate acerca de cómo ir con perspectiva de género. Mirar los planes de estudio, mirar las organizaciones estamentales y sindicales, los dispositivos institucionales, pensar en el trabajo interinstitucional”.
Calderón pidió unos minutos para leer unas líneas que armó junto con su colaborador Eduardo Fuentes, al haber estado participando en la Comisión y entender la necesidad, no sólo de la discusión sino también del debate que nos merecemos para saber cómo avanzar a partir de aquí. “Somos la generación que presencia el nuevo cambio social que se gesta día a día en el mundo”, comienza diciendo el texto que leyó el rector, cuyo título es “El mundo que fue”. Allí, se exponen los inmensos cambios sociales que se están generando, la visión del macho/varón que se está dejando atrás y va perdiendo terreno, el trabajo de deconstrucción de lo que era cotidiano para construir una nueva sociedad, el crecimiento de esta nueva “generación a la luz” por fuera de las estructuras culturales que nos separaron y nos dieron mandatos precisos (según la visión paternalista) de aquello que correspondía hacer, actuar, comportarnos, vestir, y como si fuera poco; un color para cada uno. “Nos queda, y es el gran trabajo que tenemos por delante, deconstruirnos, reformatearnos, ejecutar una nueva ley, una nueva visión del mundo compartida por ojos (maquillados o no. No hace a la visión) de mujer- hombre/ hombre-mujer donde la igualdad no dependa solo de un porcentaje 50/50, sino, de posiciones dinámicas que superen la división”, dice el texto.
Finalmente, la consiliaria por Estudiantes, Evangelina Maldonado, tomó la palabra para celebrar el compromiso, y remarcó que no es la primera vez que está sobre la mesa. “Más allá de un oficialismo o una oposición, hombre o mujer, ni siquiera de la misma Universidad, es un problema social que me encanta que se pueda charlar y podamos enriquecernos porque sé que no todos pensamos lo mismo”, dijo, y celebró la apertura del debate para darle “la importancia que se le tiene que dar”.
Así las cosas, a partir de febrero del año que viene, la UNLaR se compromete a trabajar intensamente para implementar la paridad de género. Para poder hablar de una democracia plena no sólo han de cumplirse los criterios de voto individualizado, diversidad de partidos y periodos electorales, sino corregir también los fallos de representatividad. La paridad garantiza el derecho civil de las mujeres a ser electas y también a representar políticamente a la ciudadanía y/o a la comunidad de una institución como una Universidad. La UNLaR deberá, a través de sus representantes y con el aporte de todos/as los/as riojanos/as, ser parte fundamental del cambio social y estar a la altura de la situación.