En el marco de las actividades por la beatificación de los cuatro mártires riojanos, a celebrarse el próximo 27 de abril, la UNLaR inauguró este viernes la exposición fotográfica “Monseñor Angelelli”, a cargo de Carlos Herrera. El acto inaugural contó con la presencia del obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, que por primera vez visitó la universidad.

Previo al acto inaugural de la muestra fotográfica, el Obispo, acompañado por el rector y vicerrector de la UNLaR, Fabián Calderón y José Gaspanello -respectivamente-, recorrieron la Plaza Sembradores de la Esperanza, en el ingreso de la Ciudad Universitaria, espacio que rinde homenaje a los mártires que serán beatificados el próximo 27 de abril.

Tras la recorrida por el lugar, se dio apertura a la muestra fotográfica, en un acto que contó con la presencia del autor de las imágenes expuestas, Carlos Herrera, la ministra de Salud de la Provincia, Judit Díaz Bazán, el presidente de Copegraf Limitada, Julio Delgado, ex presos políticos y la comunidad universitaria en general. La muestra permanecerá hasta el 30 de abril próximo en el hall del Rectorado de la UNLaR.

La exhibición consta de 50 fotografías de distintos momentos de la vida pastoral de monseñor Angelelli, los cuales fueron captados por el fotógrafo Carlos Herrera mientras se desempeñaba en el diario El Independiente. Seguidamente, se hizo entrega de una resolución del Consejo Superior por la cual se declara de interés institucional a dicha exposición.

En este marco, Herrera comentó que esta muestra la presentó en el año 1983 por pedido de Délfor Brizuela -en ese entonces sacerdote-, pero en ese momento, en el diario no había copia en papel porque todas se las habían llevado los militares. Fue así que recogió los negativos que quedaron en el medio gráfico.

“Recopilé un total de 53 fotos que las expusimos en la plaza con el padre “Pocho”. La gente que concurría a verla, muy de pasada, tenía temor de mirar la foto porque habían demonizado tanto a Monseñor”, relató.


“Sentirnos parte de esta historia”

Por su parte, el rector Calderón dio la bienvenida formal al Obispo, que llegaba por primera vez a la Universidad, “en un momento histórico que vivimos como comunidad universitaria, de preparación, acompañamiento y de sentirnos parte de esta historia de los riojanos”, dijo.

Asimismo, señaló: “yo no tuve la posibilidad de conocerlo personalmente a Angelelli, pero sí lo conocí a través del padre (Enri) Praolini. Fue un cura muy comprometido y que siempre nos invitó, desde jóvenes, a no ser indiferentes con las cosas que nos pasan todos los días, a no mirar para los costados la realidad que nos duele como sociedad y comunidad universitaria y riojana”.

Seguidamente, dijo: “la comunidad de la UNLaR ha trabajado para tener muchas voces. Podemos estar de un lado u otro, pero lo que no podemos es estar en el costado”; y “esa -continuó- ha sido la construcción que venimos desarrollando”. En esta línea, enumeró las acciones realizadas, tales como el nombre del comedor bautizado Enrique Angelelli, la distinción Doctor Honoris Causa Post Mortem a Monseñor Angelelli, a Ricardo Mercado luna, a Madres de Plaza de Mayo -filial La Rioja-, y el acompañamiento a la familia de Wenceslao Pedernera, entre otras. “Todas estas acciones han formado parte de esta necesidad histórica que tenemos los riojanos de animarnos a contar lo que vivimos y lo que nos pasó como sociedad hace muchos años”, sintetizó el Rector.

Para finalizar, Calderón dijo que inician este proceso de acompañamiento como comunidad universitaria aportando logística para recibir a los peregrinos en el Colegio Preuniversitario “General San Martín”, los días 25, 26 y 27 de abril, y también con la aplicación que desarrolló el Departamento de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales con todas las actividades que se desarrollarán entre el 22 y el 27 de abril. También invitó a participar de las actividades organizadas por la UNLaR.

En tanto, Braida agradeció la invitación a conocer la universidad, en este marco especial de preparación de beatificación de los mártires.
Asimismo, sostuvo: “la beatificación es un acontecimiento de gozo, luego de transitar momentos muy duros, de pagar con la propia vida, otros han sido perseguidos y presos. De tanto dolor sembrado va surgiendo esta flor que nos dice que vale la pena jugarnos por hacer bien las cosas que nos tocan y de asumir el compromiso con los más pequeños”.

Para finalizar, el Obispo consideró: “este es un tiempo para vivirlo, disfrutarlo y abrir el corazón. Todos tenemos responsabilidades diversas en la sociedad; mirando a los mártires podemos entregar todo en el lugar que nos toca y estar siempre con el oído, atentos a las necesidades”. “Los mártires nos invitan a escuchar a los pequeños, es un punto de partida que tenían para construir una sociedad mejor”.

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